Los Cortados:

A continuación encontrarás un puñado de relatos negros y cyberpunk. En algunos la ciencia ficción es el plato principal, pero en otros ésta desaparece, quedando tan sólo cuentos cortos muy muy negros. Cuentos de tono minimalista, tan realmente sucios como les es posible, les encanta la escritura peligrosa y la experimentación. Todos a tu disposición bajo una licencia Creative Commons para que hagas con ellos casi cualquier cosa. Espero que los disfrutes, yo lo hice...
  En el futuro cercano, antiheroes violentos y decadentes, vaqueros de consola, androides y otros desechos biolígicos, luchan entre sí para sobrevivir al cyberpunk. Inmensans corporaciones empresariales dominan Europa y Asia. El resto es un enorme basurero. Aquí y allá, macro-ciudades libres se escabuyen a duras penas de la opresión corporativa. Johnny, un musculoso asesino y ladrón a sueldo, se ve envuelto en una guerra entre corporaciones con un transfondo muy oscuro.
31 dic. 2006 - (Cuento) 108 páginas
  El viento con sabor metálico nos trae a las botas un trozo de periodico desecho por la lluvia ácida. En el papel barato leemos la entrevista a Johnny el Escorpión, entrañable personaje de Kakumei, relatado por un periodista de la ciudad libre de Freetown.
1 sept. 2007 - (Corto) 13 páginas
  Unos días en a vida de un programador encerrado en su arcología. Estudiemosle, estudiemos la identificación mental, la eventual empatía entre seres de diferente naturaleza. Y al contrario, la falta de esa identidad entre los propios humanos. Esa falta de sentimientos que inducimos en nosotros mismos cuando creamos un mundo tan artificial, simbólico e hiperreal.
1 dic. 2007 - (Cuento) 17 páginas
  Tan solo unos instantes borrosos en la historia de una alocada ciudad en la que priman los intereses financieros (¡qué derroche de imaginación!). Un grupo de personajes dispares forman una especie de collage borroso, una imagen en la que todos se mueven en direciones distintas, haciendonos creer que nada tiene sentido, que todo ocurre por casualidad. Pero estas cosas se repiten a diario, si tan sólo fuésemos capaces de observar la sociedad a alta velocidad, nuestras ciudades como hormigueros tras una pared de metacrilato.
1 feb. 2008 - (Cuento) 44 páginas
  Metamos en la batidora un techno-thriller cyberpunk con una pizca de nobela negra. C, nuestro protagonista, se haya perdido en una espesa niebla de identidad. No recuerda su lugar en el mundo, en esa guerra encubierta que llamamos sociedad. ¿Es quizá un simple eslabón en una cadena de montaje, es un espía del gobierno infiltrado en la guerrilla, es un agente doble para la resistencia... o es tal vez un pardillo más, envuelto en un asunto que le viene grande? Lo único que le mantiene vivo es su amor por Lorena, pero algo en su interior le grita que eso ya no puede ser...
Relato cyberpunk inspirado en Memento Mori de Jonathan Nolan. The Fight Club sugiere la extraña personalidad de C. Las pastillas de colores recuerdan a las cintas Total Recall y The Matrix. Nada es auténtico, todo es posible...
1 oct. 2008 - (Cuento) 28 páginas
  Dejemos atras la ciencia ficción, en este thriller político nuestro protagonista se ve envuelto, nunca por casualidad, en el conflicto saharaui marroquí. Los intereses económicos que proporciona el rico subsuelo del Sahara atraen a las corporaciones como sanguijuelas sedientas.
1 ene. 2009 - (Cuento) 32 páginas
  El mocoso es un chico de barrio bajo que se involucra inadvertidamente en un asunto peligroso.
2 may. 2009 - (Corto) 9 páginas
  Noctámbulos son los que andan de noche, sin poder descansar, pues lo quieran o no, su misión es estar atentos y vigilar camuflados en las sombras.
1 oct. 2009 - (Corto) 10 páginas
  Aún recuerdo mi breve estancia en Berlín. Tan poco dinero, tan poco tiempo libre, y voy y cojo una enfermedad embotellada... Aegrescit medendo
1 nov. 2009 - (Corto) 14 páginas
  Colección de cuentos super cortos presentados al festival de novela negra Getafe Negro II. Preparate para temblar de frío entre charcos de sangre
9 oct. 2009 - (Coleccion) 5 páginas
  Colección de cuentos cortos negros inspirados en letras de canciones:
Sixteen Tons, Du Hast, Whiskey in the Jar, Dead Flowers, Polly.
5 dic. 2011 - (Coleccion) 14 páginas
  Microcomic basado en la letra de los Rolling Stones.
5 dic. 2011 - (Comic) 6 páginas
  Microcomic basado en la vida de del minero, la letra de la canción grabada en 1946 por Merle Travis.
25 feb. 2014 - (Comic) 2 páginas
  Un día te despiertas de resaca en un sofá desvencijado, atrapado en un sucio apartamento en las afueras de ninguna parte. Tu mente te juega malas pasadas, y te da por pensar que quizá no seas más que una asquerosa cucaracha. Pero tranquilo, a ellos no les importa lo que seas, si hablas demasiado querrán espachurrarte con sus zapatos de marca y sus botas tácticas.
11 mar. 2014 - (Corto) 5 páginas

Disuelto en Bits


   Pedro Jaquet-Droz era excéntrico, pero también el mejor. Tras doctorarse, grandes firmas le ofrecieron grandes sumas. Él las imaginaba escaneando su mente, y las rechazó a todas. Eligió una desconocida start-up de Tokio que ofrecía servicios de inteligencia y análisis. Karakuri le permitió diseñar su propio sistema de minería de datos. Y con él, pronto monopolizaron el mercado de la información, y el planeta. Pero solo Pedro comprendía aquella maquinaria de espionaje. Desde las catacumbas de la corporación, encerrado en su jaula de Faraday en los sótanos del mayor rascacielos de la ciudad, observaba a aquellos servidores devorar los datos de la población mundial, millones de vidas digeridas en perfiles comerciales, bancarios, sociales, policiales. Allí se sentía a salvo de su creación. Pero una y otra vez hallaba su propio rastro en los circuitos. Programó el virus en seis días, el séptimo lo lanzó a la red. Durante horas, el autómata navegó por las bases de datos eliminando a su paso toda prueba de la existencia del creador... Tras el gran terremoto de 2024, los bomberos lograron acceder a la sala de control del mayor sistema de inteligencia jamás creado. La sala estaba vacía, nadie lo controlaba. Jaquet-Droz nunca existió.

LA ESPECIE NOCTURNA


   Pudo haber sido en el Club Roach, en el Ant's Lounge o en Jewel Wasp. No recuerdo dónde la vi por primera vez. Podríamos haber coincidido en cualquier antro de la ciudad, camuflados en la penumbra, tras el humo de los cigarros, entre copas y conversaciones apagadas... Desde entonces paso las noches de bar en bar, buscándola. A veces la encuentro en un salón oscuro, bebiendo martini mientras aguarda a su próximo cliente; la vigilo desde el otro extremo de la barra, parapetado tras un vaso de whisky, quizá por eso siempre llego tarde; es rápida, como el picotazo de una avispa... Otras noches recorro los tugurios de la ciudad sin dar con ella. Termino borracho en alguna taberna del puerto, viendo las noticias en la pantalla polvorienta de un televisor apagado.
   En esos momentos recuerdo que todo es mentira, aunque nadie quiera darse cuenta. Supongo que es difícil pensar en ello sin el suficiente whisky, la verdad duele. Y la verdad es que no existe la verdad. Las guerras, los políticos, la economía, los famosos... todo mentira. En algún momento, los insectos carcomieron la civilización humana, nos suplantaron... Pienso en eso y empiezo a llorar. Pienso en eso y pido otra ronda. Pero el camarero dice que ya he tenido bastante. Putos ingenuos. Ya verán... No probaré gota. Seré más rápido. Abriré en canal a ese bicho y todos tendrán que tragarse sus repugnantes vísceras de insecto y admitir la puta verdad.
   Esta mañana me he saltado el café irlandés. He pasado del paquete de cervezas y del vermut de media mañana; tuve que echarme en un banco del parque para coger fuerzas. No he podido tomar bocado sin mi vino y mi orujo. Me duele la cabeza y tengo nauseas... Ya se esconde el sol y la especie nocturna sale a cazar. Sin las copas de la tarde, el frío empieza a calarme los huesos, siento escalofríos. Pero esta noche es la noche. Me muero por un trago, pero esta noche ella será mía...
   Avanzo tiritando por calles desiertas. Trato de contener mis manos histéricas para no cortarme con la navaja de afeitar que llevo en el bolsillo. Apenas puedo dar un paso más... Pero mi recompensa espera vestida de rojo tras la cristalera del Nighthawk's. Tiene la cena preparada en el taburete contiguo, un tipo triste de traje y sombrero gris. Nadie más salvo el camarero. Esta noche es mi noche. Una mano saltarina escapa del bolsillo y empujo la puerta. Tintinea la campanilla, pero nadie la escucha; mantienen su pose como muñecos de cera. Camino hacia el fondo, espiando el reflejo de la chica avispa en el espejo tras el mostrador. Su rostro de porcelana entre botellas de colores... Tequila, ginebra, bourbon, ron, vodka, escocés... Y unos ojos rojos que me observan desde un semblante sucio, sudoroso y arrugado... Joder, solo es mi reflejo, pero no puedo parar de temblar. Quizá debería tomar una copa, una sola...
   Me dejo caer en un taburete solitario. Debido a la vibración, un joven de rostro angelical y camisa a rallas negras y amarillas emerge de bajo el mostrador. Me pregunta qué deseo tomar. En un acto de valor y entrega le pido un puto refresco. Mientras lo sirve, estudio detenidamente a la pareja. El tipo gris es claramente una cucaracha paralizada por el veneno de la avispa. Ella se frota las patas, la una contra la otra, observando distraída sus largas uñas rojas a juego con el vestido. Y no puedo parar de mirarla, es tan perfecta y bella. El más asombroso insecto que haya conocido, tan fácil confundirlo con una persona real; tan fácil confundirlo con una joven atractiva que no te clavará un ponzoñoso aguijón en el cerebro para inocularte una larva que te crece dentro, clonando tus genes mientras te devora los órganos hasta matarte. No puedo parar de mirarla, es tan repulsiva...
   Tengo la boca seca por los nervios. Intento tragar un sorbo de esta mierda carbonatada, pero me hace toser y la derramo toda sobre mi camisa. Trato de mantener las manos quietas sobre el mostrador, pero brincan como saltamontes en una sartén. Joder, no aguantaré sin una copa... Levanto la vista buscando desesperadamente al camarero. El chico, que permanecía quieto y silencioso en una oscura esquina, se acerca veloz y me llena un buen vaso de bourbon... ¿Se lo he pedido? Quizá pienso en voz alta... ¿Qué más he dicho? Todo da vueltas... Me agarro al vaso para no caer del taburete. Un trago, necesito uno... pero mi boca es incapaz de alcanzarlo. Creo que voy a perder el sentido justo cuando debería tener los ojos clavados en el puto bicho. ¿Dónde se ha metido? Joder... demasiado tarde. Las uñas rojas deslizan el sombrero mientras atrapan las sienes cenicientas del hombre. Ella lo empuja, lo tira del taburete. La cucaracha cae bocabajo sobre el suelo cubierto de serrín. La chica avispa se monta sobre su cliente, las garras rojas sitúan el cráneo brillante y pálido entre sus piernas torneadas, lo atrapan allí entre los muslos desnudos, el vestido rojo arrugado sobre las caderas. Ella empuja su pelvis, aprieta el abdomen y su aguijón se clava en la nuca del hombre cucaracha. El veneno fluye hacia el cerebro y es ya solo un zombie, un jamón con patas. Ella pide un taxi y lo arrastra fuera. Lo cabalgará hasta su guarida donde le inoculará el huevo que se clonará mientras le devora... Me siento morir, me muero por un trago. Me lanzo desesperado sobre el bourbon, con la lengua fuera, como una mosca libando mierda fresca. Mis células maman el alcohol, y una marea de bourbon me azota la mente. Me agarro al trago como a un madero en medio de la tormenta. Hasta que llega la calma... Mierda, otra oportunidad perdida. Pero ya estoy mejor, solo quiero salir fuera y vomitar...
   Echo unas monedas roñosas sobre el mostrador y hago un esfuerzo por levantarme, pero es como si tuviera el culo pegado al taburete. Lo intento de nuevo, me apoyo en la barra... y mis manos quedan adheridas. Entonces percibo su aliento fétido sobre mí. Levanto la vista para comprobar que el camarero está a ocho patas sobre el mostrador, acechándome... ¿Cómo no me dí cuenta antes? Su rostro andrógino se desfigura, su mandíbula se descoyunta y de sus labios carnosos surgen unas horribles fauces negras que se lanzan sobre mi y se me clavan en el cuello. Siento el veneno caliente recorrer mis venas, junto al bourbon.
   - No te compadezcas de ti mismo -dice la araña, mientras escupe un hilo blanco y viscoso sobre mi cara- Solo eres una sucia mosca -continúa, y sus patas peludas hacen girar el taburete mientras me hunde más y más en su seda-. Nunca fuiste una persona de verdad... Pero es igual, ellos eran aun más sucios que tú -dice, mientras mis órganos se disuelven en el veneno-. Todo lo que ha quedado es su estética, nunca existió humanidad en ellos, eran animales que se devoraban entre sí, como lo haré yo contigo -prosigue, mientras arrastra mi capullo a la trastienda.
   Y ahora soy solo un barril más de encimas, proteínas y alcohol. Cuando pasen por el Nighthawk's no olviden brindar conmigo por la humanidad, si es que alguna vez la hubo en alguna parte...
  
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